Yo conozco a los
vendedores de su voz
Aquellos mofletudos
paladines del radio
Cuando los escuchas
ladrar como perros rabiosos
Tus oídos parecen
llorar como niños
Porque sus ladridos
desbocados
Enferman la paz y la
conciencia
Pero el chisme y el
golpe bajo
Es su bandera
O su caballito de
batalla
Que saciará su panza de
globo
Sin embargo cuando
cesan sus perradas
Algo está mal
El oyente lujurioso de
notas fatales
O el cuadrúpedo que
se enroló
A la lista de
mascotas del guasón ceremonial
Además sé yo que los
bípedos perros
En carrera por gozar
el cariño del amo
Morderán mi sombra y
vomitarán
Estos combativos
versos
Al basural donde
según ellos
Entierran a los
pensadores que no temen
Y a los poetas que
abren de par en par
La testa del pueblo
Además conozco yo de
historias olvidadas
Que reposaban entre
las piedras
Como monedas de oro
De la heroicidad pisqueña
Donde el miedo es pan
de los temerosos
Y la lucha es el aire
de los valientes;
En esta dualidad
ancestral
Domina la conciencia
no el silencio
5-8-12
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